Ayer estrené una falda que me hice este invierno siguiendo la tendencia del corte al bies, cuadros y pastel. El problema es que no me la imaginaba más que con colores claros así que hasta que no ha dado tregua el tiempo en esta ciudad no la he podido estrenar. También la veo con blusa de encaje negro, media negra clara de plumetti y sandalias negras, pero con eso también se pasa frío…
He titulado el post saliendo de lo normal porque ir por la calle por lo general es un rollo, todo el mundo va uniformado, tonos neutros, marrones, grises… y salgo yo de esta guisa y se me quedan mirando. A mí me da igual que me miren, hasta me puede halagar y depende de las miradas. Gustos los hay para todo, tampoco es que mi pinta sea un acto de provocación sino de ganas de arreglarme a mi gusto un día porque tengo tiempo. Pero claro, a mí también me gustaría mirar… ¿Os animáis a arriesgar un poquito?
Llevo jersey de punto de algodón de Zara, falda de lana hecha por mí, cinturón antiguo de H&M, medias calzedonia, sandalias Jeffrey Campbell, cazadora de piel de Blanco de hace mil años, aún vendían piel por aquellos entonces… y gafas de sol de Vans.